jueves, 15 de diciembre de 2011

El agua es sumamente importante para la vida humana. Ayuda a la digestión de los alimentos, a la absorción, transporte y uso de los nutrientes, a la eliminación de desechos del cuerpo a través de la orina y participa en la regulación de la temperatura corporal (Kleiner 1999).

El agua participa en las reacciones metabólicas
El agua participa en muchas reacciones químicas como, por ejemplo, en la desaminación oxidativa (figura 3) o en el ciclo de Krebs (figura 4) para la producción de ATP (adenosina trifosfato – energía para la contracción muscular).

El agua como medio esencial para el transporte de sustancias
El agua es el componente principal de la sangre y facilita el mecanismo de transporte del organismo para proporcionar oxígeno, nutrientes, hormonas y otros compuestos a las células para que éstas los utilicen, y para eliminar los productos de desecho que resultan del metabolismo desde las células a los órganos (pulmones y riñones). (Kleiner 1999).
Facilita el transporte dentro del organismo dado que es un excelente solvente y un medio de suspensión adecuado. Muchas sustancias se disuelven o quedan suspendidas en el agua y, por lo tanto, pueden reaccionar para formar nuevos componentes. Esta propiedad del agua también facilita la eliminación de los desechos a través de la orina.

El agua como medio esencial para el proceso de eliminación
Los desechos eliminados a través de la orina son aquellos que se disuelven en agua, como la urea y el ácido úrico (los desechos liposolubles son eliminados por el hígado).
Por ejemplo, cuanta más agua ingerimos, más orina produce el organismo. La ingesta suficiente de agua cumple un rol importante para la eliminación de estos elementos en un volumen de líquido suficiente, permitiendo la disolución y contribuyendo con la prevención contra los riesgos de cristalización.
La buena hidratación ayuda a eliminar los desechos en mejores condiciones.

El agua como medio esencial para regular la temperatura corporal
El agua cumple un rol importante en la regulación de la temperatura corporal (termorregulación). Es el principal componente de la transpiración y, a través de su evaporación desde la superficie de la piel, ayuda a disipar el exceso de temperatura corporal. Gracias a la termorregulación los seres humanos han podido adaptarse a una gran variedad de climas, incluyendo el calor húmedo y el calor seco. Las altas temperaturas causan una gran tensión para el organismo humano y lo exponen a situaciones donde puede sufrir lesiones e, incluso, la muerte.
La termorregulación es la habilidad del organismo para mantener la temperatura corporal dentro de ciertos parámetros, incluso cuando la temperatura ambiental es muy diferente.
Cuando el organismo no puede mantener una temperatura normal y esta aumenta significativamente, puede ocurrir un episodio conocido como golpe de calor.
La condición opuesta, cuando la temperatura corporal baja más de los niveles normales, se conoce como hipotermia.

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